A todos nos ha pasado que un buen día te levantas y tienes esa idea brillante para montar tu propio negocio, para escribir esa carta de recomendación que te han pedido, para encontrar la solución al problema que te carcome… pero las ideas, siempre aparecen en el momento menos oportuno y a veces nos decimos ‘después lo apuntó’ o ‘más tarde la retomo’ y cuando queremos hacerlo se han esfumado. Es una fuga de cerebros en toda regla. Por eso, hoy te daré algunas ideas para que retengas tus ideas (recuerda que cualquier idea es buena por absurda que parezca) y no las dejes escapar.
- Apúntalas: normalmente por la noche, a pesar de notar el cansancio acumulado tras todo el día de intenso trabajo es cuando nuestro cerebro por fin puede relajarse. De ahí, que cuando vamos a la cama a dormir estemos en un estado medio zombie y que nuestras 8 horas de sueño sean reparadoras. Sin embargo, a veces nos despertamos a media noche porque hemos tenido una idea sensacional. ¿La vamos a desperdiciar y a perder por volvernos a dormir? ¡No! Ten al lado de tu mesita de noche una libreta y un boli y cuando te pase esto, ¡apúntala! De esta manera siempre las tendrás a buen recaudo y quien sabe puedes ser el próximo Orson Welles. Recuerda que el mismo sistema es válido para cuando tienes que viajar, o simplemente ir por la calle, tu libretita y bolígrafo deben ir contigo o en su defecto y con las nuevas tecnologías, apúntalo en el móvil.
- Compártelas: no debes descartar tus ideas porque te parecen malas, tontas o aburridas. Por disparatadas que puedan llegar a ser, pueden resultar atrayentes si las comentas y compartes con personas de tu confianza. ¿Por qué? Muy sencillo, un amigo/pareja/persona puede darle una vuelta y reenfocar tu idea hasta darle forma y a partir de ahí puede que llegues a desarrollarla. ¡Nunca descartes una sin consultarlo!
- Insiste: a las personas a veces nos cuesta tomar ciertas decisiones, bien porque no disponemos de tiempo y damos largas o bien porque no nos apetece escucharlas en ese momento. La clave de una buena idea es insistir. ¿A caso crees que J.K. Rowling desistió a la primera cuando le dijeron que Harry Potter no valía nada? ¡No! Insistió e insistió infinidad de veces hasta que finalmente alguien creyó en su idea y se arriesgó apostando por ella. Ya sabes cuál es el resultado: ¡éxito mundial!
Ahora ya no tienes ninguna excusa para decir que no haces algo que se te ha ocurrido porque no lo recuerdas. Piensa que el valor de la mente son tus ideas, y que esas no tienen precio.
¿Me cuentas las tuyas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario